Jupiter


Es el planeta más grande del Sistema Solar, tiene casi dos veces y media la materia que todos los otros planetas juntos y su volumen es mil veces el de la Tierra. De los denominados planetas exteriores o gaseosos, Júpiter es el que se encuentra más cerca del Sol.

Este gigante recibe su nombre del dios romano Júpiter. Tiene una composición semejante a la del Sol, formada por hidrógeno, helio y pequeñas cantidades de amoníaco, metano, vapor de agua y otros compuestos. Júpiter tiene un tenue sistema de anillos, invisible desde la Tierra. También tiene muchos satélites. Cuatro de ellos fueron descubiertos por Galileo en 1610. Era la primera vez que alguien observaba el cielo con un telescopio.

Su rotación es la más rápida entre todos los planetas del Sistema Solar. La atmósfera de Júpiter es compleja, con nubes y tempestades. Por ello muestra franjas de diversos colores y algunas manchas.

La Gran Mancha Roja de Júpiter es una tormenta mayor que el diámetro de la Terra situada en las latitudes tropicales del hemisferio sur. Dura desde hace 300 años y provoca vientos de 500 Km/h. Los anillos de Júpiter son más simples que los de Saturno. Están formados por partículas de polvo lanzadas al espacio cuando los meteoritos chocan con las lunas interiores de Júpiter.

Tanto los anillos como las lunas de Júpiter se mueven dentro de un enorme globo de radiación atrapado en la magnetosfera, el campo magnético del planeta. Este enorme campo magnético, que sólo alcanza entre los 3 y 7 millones de km. en dirección al Sol, se proyecta en dirección contraria más de 750 millones de km., hasta llegar a la órbita de Saturno.

Algunos científicos se refieren a este planeta como una estrella fallida, que no creció lo suficiente para ser catalogada como tal.
  1. Masa: 1.8981 x 1027 kg.
  2. Densidad: 1.326 g/cm3.
  3. Volumen: 1.43128 x 1015 km3.v
  4. Diámetro: 142,800 km.
  5. Temperatura efectiva: -148 °C.
  6. Periodo de rotación 9 h 55 min


Estructura de jupiter
Su masa está constituida en un 76 por ciento de hidrógeno. Júpiter no tiene una superficie sólida bien definida, pero se cree que cuenta con un núcleo interno pequeño, sólido y muy caliente conformado por metales pesados como el hierro y cubierto por una capa de materiales ligeros, como hielo y agua comprimida. Otros científicos todavía no están seguros de la existencia de un núcleo sólido. Una creencia científica sugiere que cerca del centro del planeta la presión es tan grande que los electrones son presionados fuera de los átomos de hidrógeno y, en consecuencia, el hidrógeno líquido se convierte en un excelente conductor de electricidad. A decir verdad, su océano de hidrógeno líquido es responsable del campo magnético más potente del Sistema Solar. Tanto, que a decenas de miles de kilómetros del punto donde se origina este campo magnético su fuerza es 20 veces mayor que la del campo magnético terrestre.
La atmósfera de Júpiter
Es similar a la del Sol, mayormente conformada por hidrógeno y helio y en menor proporción por metano y amoníaco. Dado el color de sus bandas, se sugiere la presencia de sodio, potasio y yodo que confieren a las nubes tonos amarillos, marrones, blancos y rojos.

Júpiter tiene vientos fuertes cuya velocidad es de aproximadamente 192-400 millas por hora (308.9-643.7 km/h), pero estas mediciones pueden ser superiores. Se aprecian en la atmósfera externa, a diversas latitudes, varias turbulencias y tormentas de considerables dimensiones. La más conocida es la Gran Mancha Roja, una tormenta gigante que duplica el ancho de la Tierra y que fue vista por primera vez en el siglo XVII. En tanto la atmósfera es más profunda, aumentan la presión y la temperatura, lo que comprime el hidrógeno y lo convierte en líquido. Por eso Júpiter alberga el océano más grande del Sistema Solar, aunque por supuesto no es de agua. -Si Júpiter fuera un globo vacío, se necesitarían 1,300 Tierras para llenarlo completamente. -Algunos satélites de Júpiter tienen océanos debajo de las cortezas. -El nombre de este planeta se debe a Júpiter, una deidad romana cuyo equivalente griego es Zeus. Júpiter era dios más importante de las mitologías griega y romana.
Las lunas de Jupiter
Hace 400 años, Galileo dirigió su telescopio rudimentario hacia Júpiter y vio que lo acompañaban tres puntitos. Continuó mirando y, cuatro días más tarde, descubrió otro. No podían ser estrellas, porque había observado que giraban alrededor del planeta. Eran satélites y, hasta entonces, no se conocía ningún otro planeta que los tuviera (salvo el nuestro, claro). Después se han descubierto 12 lunas más, todas pequeñas, hasta completar un total de 16. Las naves Voyager estudiaron y fotografiaron el sistema de Júpiter en 1979. Después, en 1996 se puso en marcha un nuevo proyecto que permitiría observar Júpiter y sus lunas una buena temporada. A este ambicioso proyecto, naturalmente, se le llamó Galileo. Las observaciones realizadas por las sondas que se han acercado a Júpiter han permitido localizar otros muchos pequeños satélites de Júpiter. Hasta un total de 67 se habían descubierto en 2011 y, desde entonces, su número sigue en aumento.

Ganimedes: Es el satélite más grande de Júpiter y también del Sistema Solar, con 5.262 Km. de diámetro, mayor que Plutón y que Mercurio. Gira a unos 1.070.000 Km. del planeta en poco más de siete días. Parece que tiene un núcleo rocoso, un manto de agua helada y una corteza de roca y hielo, con montañas, valles, cráteres y ríos de lava. Calisto: Tiene un diámetro de 4.800 km., casi igual que Mercurio, y gira a 1.883.000 Km. de Júpiter, cada 17 días. Es el satélite con más cráteres del Sistema Solar. Está formado, a partes iguales, por roca y agua helada. El océano helado disimula los cráteres. Es el que tiene la densidad más baja de los cuatro satélites de Galileo.

Descubrimientos históricos sobre Júpiter
El astrónomo Galileo Galilei descubrió el planeta Júpiter en el año 1610 utilizando un telescopio rudimentario. Además, Galileo también descubrió los cuatro satélites más importantes de Júpiter: Ío, Europa, Ganímedes y Calisto, también conocidos hoy en día como satélites galileanos. Pero fue Zucchi quien observó en 1639 los primeros detalles del disco de Júpiter –las bandas que lo atraviesan; y en 1664 Robert Hooke empezó a hablar de las famosas manchas del gigante gaseoso. Un año después (1665), Gian Domenico Cassini descubrió la Mancha Roja: una gran mancha ovalada en la zona tropical sur. La naturaleza física del planeta fue una cuestión abierta durante todo el siglo XIX. Mientras que en los primeros decenios se pensaba que tenía la misma consistencia que la Tierra, en los últimos años del siglo XIX la teoría más acreditada era la de la existencia de una gran atmósfera con nubes altas muy frías, pero con unas turbulencias que sólo podían explicarse suponiendo una fuente de calor interno.
La rotación diferencial
El periodo de rotación de Júpiter es el menor de todos los planetas del Sistema Solar. Al igual que el resto de planetas gaseosos, no gira como un cuerpo sólido, sino que cada latitud tiene su propia velocidad (rotación diferencial). Al contrario que el Sol, cuyo periodo de rotación varía progresivamente con la latitud, Júpiter muestra variaciones complejas y locales que recuerdan movimientos de circulación atmosférica. En la franja ecuatorial del planeta Júpiter, el periodo de rotación varía entre 9 horas y 50 minutos; y en las latitudes más elevadas varía entre 9 horas y 35 minutos. Júpiter debe tener un núcleo compuesto de roca y hielo que constituye cerca del 4% de la masa. Luego debería de haber una capa de hidrógeno metálico, es decir, una capa en la que los electrones no están ligados a protones, sino que son libres de moverse por una mezcla neutra de electrones y protones. Así, el hidrógeno adquiere las características de conductividad de un metal. A una distancia aproximada de 0,7 radios planetarios hay una transición entre la capa de hidrógeno metálico y otra compuesta por una mezcla líquida de helio e hidrógeno molecular. Por encima de ésta se encuentra la atmósfera formada por hidrógeno y helio gaseosos, con la presencia de otros compuestos.
El origen del calor de Júpiter
Mediciones efectuadas desde la Tierra y desde sondas revelan que la energía emitida por el planeta Júpiter, que es en su mayor parte en forma de radiación infrarroja, es aproximadamente 1,5 veces mayor que la que absorbe de la luz solar. Por ello se deduce que Júpiter tiene una fuente interna de calor. El calor procede de la energía potencial gravitatoria debida al colapso de la materia mientras se formaba el planeta: el interior de Júpiter todavía está muy caliente, con una temperatura en el centro de unos 30.000 K. El calor fluye desde dentro hacia el exterior. La atmósfera de Júpiter, nubes y manchas Cuando se observa el planeta Júpiter, la única estructura visible es la atmósfera con sus nubes y sus manchas. Las nubes están dispuestas de manera paralela al ecuador y pueden ser claras u oscuras, según se trate de corrientes calientes ascendentes o de corrientes frías que descienden. La atmósfera está compuesta por varios gases: metano, amoníaco, hidrógeno, helio, carbono, nitrógeno y otros compuestos. La atmósfera no está en equilibrio debido a los rayos ultravioletas procedentes del Sol. Las nubes de diversos colores pueden asociarse a las diferentes alturas atmosféricas. Las nubes más altas son rojas; por debajo están las blancas; y más abajo las de color marrón. Las capas iniciales son azuladas. Las manchas podrían ser remolinos más o menos persistentes que se encuentran por encima del flujo hacia el este o el oeste: las manchas pequeñas flotan acumulando energía gravitatoria y las grandes se mantienen absorbiendo las pequeñas. La Gran Mancha Roja
La Gran Mancha Roja es un gigantesco remolino de alta presión recorrido por una corriente ascendente que se eleva unos 10 km sobre las nubes que la rodean. Las masas de gases emplean 6 días en efectuar una vuelta completa alrededor del centro de la mancha. Tiene un tamaño lo bastante grande como para englobar más de dos veces el tamaño de nuestro planeta, la Tierra.
El campo magnético
Júpiter tiene un campo magnético de gran intensidad, unas 12 veces mayor que el de nuestro planeta, y su eje magnético está inclinado unos 11º respecto al de rotación. La existencia de un campo magnético se explica por la presencia de hidrógeno metálico fluido en su interior que, al ser un buen conductor y girar a gran velocidad, genera campos magnéticos.
Los anillos de Júpiter
Al igual que Saturno, Júpiter también tiene anillos que rodean el planeta a la altura de su ecuador, pero no son brillantes ni luminosos como los que han hecho famoso a Saturno, y se encuentran a una altura de 55.000 km por encima de su atmósfera. Hay dos anillos principales y uno muy fino, más interior, de un característico color anaranjado. Su espesor no debe superar algunos kilómetros, y están formados principalmente por polvo y pequeños fragmentos. Por este motivo reflejan poco la luz del Sol y son poco visibles. Distancia de Júpiter al Sol Júpiter 778.330.000 Kilómetros
Io: Io tiene 3.630 Km. de diámetro y gira a 421.000 Km. de Júpiter en poco más de un día y medio. Su órbita se ve afectada por el campo magnético de Júpiter y por la proximidad de Europa y Ganimedes. Es rocoso, con mucha actividad volcánica. Su temperatura global es de -143ºC, pero hay una zona, un lago de lava, con 17ºC. Europa: Tiene 3.138 Km. de diámetro. Su órbita se sitúa entre Io y Ganimedes, a 671.000 Km. de Júpiter. Da una vuelta cada tres días y medio. El aspecto de Europa es el de una bola helada con líneas marcadas sobre la superficie del satélite. Probablemente son fracturas de la corteza que se han vuelto a llenar de agua y se han helado.
    Fuentes:
  • http://www.astromia.com/solar/jupiter.htm
  • http://www.geoenciclopedia.com/jupiter/
  • http://www.astromia.com/solar/satjupiter.htm

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